DE NAPOLES A BERLIN - DIA 1

DOMINGO 12 AGOSTO 2007

Salimos con una hora de retraso en un avión de la compañía Clickair que nos llevo a Roma, pero esta vez la ciudad solo nos haría de enlace porque este viaje nos lo habíamos planteado de forma diferente, lo haríamos en tren. Ese tren antiguo que con ciertas molestias te transporta a través de un paisaje cambiante que te va envolviendo lentamente sin la brusquedad de la llegada del avión a un país diferente.

El primer tren que tomamos nos llevo des del aeropuerto de Fiumicino a la Estación Central de Termini, se llamaba “Leonardo Express” y en 30 minutos y por unos 11.00 euros nos dejo en destino para tomar el segundo tren. Mientras hacíamos tiempo nuestras almas de exploradoras nos llevaron a dar una vuelta por las inmediaciones, algo sucias, y nos sentamos en una terraza para tomarnos un sucedáneo de coca cola a 3.00 eur por cabeza, ahí nos dimos cuenta que seria difícil que los italianos no nos tomaran el pelo por la condición de turistas y porque en ningún lugar aparecían los precios expuestos al publico, consiguiendo hacer sus mas y sus menos cuando se les antojaba, pero al final nos fuimos un poco compensadas al ver que a unos les hicieron pagar mucho mas por su consumicion, y es que quien no se conforma es porque no quiere.

El tren que tomamos de Termini a Nápoles se llamaba “Gatopardo” y en 2 horas nos dejo en la Estación Central de Nápoles. En el tren si pagas 2º clase viajas sentado en un mismo compartimiento con otros viajeros, pero si pagas un poco mas puedes viajar en compartimentos para 6 pasajeros, y sus asientos se hacen camas y así consigues un compartimento mas privado separado por puerta, cortinillas y aire acondicionado.

Desde aquí y visto lo visto, os diríamos que incluso no hace falta que paguéis la diferencia, solo con daros una vuelta por el tren y buscar compartimentos que no tengan el papelito amarillo de reserva puedes ubicarte en uno de ellos sin que nadie te moleste. Nosotras por novatas nos quedamos sin sitio y acabamos sentadas en el pasillo que aquello parecía un mercado en hora punta, con los que iban al baño, los fumadores a hurtadillas, los revisores etc., pero supongo que formaba parte del encanto del momento.

A nuestra llegada a Nápoles ya era de noche y por recomendación de las guías turísticas y del propio hotel tomamos un taxi que por 15.00 eur nos hizo un recorrido que por 1.00 euro se puede hacer en bus, pero a esas horas ya sabíamos a lo que nos exponíamos, fue un robo consentido. Ahora, el individuo en cuestión no creo que durmiera muy bien después de nuestras mil y unas maldiciones a el y a toda su familia por chorizo, pero por otro lado vino a corroborar que estábamos en una ciudad sin ley, donde la ley es marcada por las poderosas familias de la mafia, y donde la policía solo es una herramienta mas bajo su poder, así que a donde ibas a denunciar que un taxista te había timado.

Nos alojamos en el Hotel Tiberio Palace situado en vía Ferraris, esta un poco alejado del centro, pero una vez dominas el transporte publico no hay ningún problema y una vez visto Nápoles hasta nos alegramos de estar en esa zona, además de sus habitaciones espaciosas, disfrutamos de su piscina situada en el ático que nos regalo fantásticas vistas y tardes de sol y relax. Y todo gracias a la elección de nuestra responsable en hoteles y logística en general: Marta

http://www.tiberiopalacehotel.com/

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