UNA PRINCESA EN ESTAMBUL


Una princesa culta lo primero que debe hacer al despuntar el día es acercarse al MUSEO ARQUEOLOGICO donde encontrara parte de su historia, ¡¿que digo parte de su historia?!…La historia de toda la humanidad, desde los Egipcios, troyanos, micénicos hasta los otomanos. Representados en tantas y tanta joyas de la arqueología que cuando llegue al ataúd del Gran Carlomagno, solo podrá sentarse y llorar abrumada por tanta belleza, tanta historia junta en un agobiante torbellino de información y emociones, además de llevar también los pies un poco perjudicados. Una vez haya alimentado su alma, la princesita puede dedicarse a cosas mas prosaicas, como pasear por las calles del GRAN BAZAR y dejarse deslumbrar por las centenares y centenares de tiendas de pieles, lámparas, regalar sus oídos con las atenciones de los vendedores, así como dejarse cegar por los destellos de oro, diamantes y demás piedras preciosas que parecen querer salir de los escaparates, junto con unos vendedores turcos trajeados a lo Gucci que te hacen desear tener un harén de esos. Es normal que la querubina del rey entrara en una de esas tiendas y empezara una negociación trufada de erotismo con un bello otomano. Mientras veía su reflejo en el espejo, aquel hombre guapísimo convertido en su fiel servidor le iba llenando los dedos de piedras preciosas africanas, finos colgantes de Chopard, pulseras Gucci. Prendada por el calor que transpiraba la camisa blanquísima de su adorador quedo atrapada en sus caricias veladas y otros acercamientos menos inofensivos hasta que sonó el móvil para quedar con sus amigas y comer… ¡me cachis con la tecnología moderna!. Cuando el desfallecimiento revolotee por la cabeza de nuestra princesita y el hambre empiece a apretar puede perderse por el BAZAR DE LAS ESPECIES, comprar canela, pimienta negra, masala y delicias turcas para endulzarse mientras cruza la calle y pasea por la parte de abajo del PUENTE GALATA. Así decidirá donde quedarse y degustar los pescados del Bósforo, dejándose engatusar por los relaciones publicas de los múltiples restaurantes y por los ojos de un verde imposible de Nuri. Finalmente toman asiento en el Restaurante YILDIZLAR, y Hakan, el camarero y relaciones publicas excepcional, nos deleita con su verborrea, sus historias y destreza para flambear una dorada llenita de champiñones y gambitas. Aunque los 2 lenguados de nuestra futura reina tampoco estaban nada mal. Después de un ajetreado día lo mejor para nuestra princesa es entrar en un HAMMAN. Nadie debería irse de la ciudad sin vivir esta experiencia en un baño turco con mucha historia. El ÇEMBERLITAS fue construido en 1584 comisionado por la fundación de la sultana nur-u Banu, esposa del sultán Selim II, y la madre del Sultan Murat III. Basado en el plano concebido por el legendario arquitecto Minar Sinan, el Haman es una de las obras más importantes de la arquitectura Otomana del siglo XVI. Abre durante todo el año desde las 6 a las 24 horas. La sala vestíbulo permite descansar mientras te tomas un zumo del bar, arriba tienes los cambiadores con una taquilla para guardar tus enseres bajo llave, y te entregan una toalla, una fichas y un guante. Luego te diriges al gran cuarto o sala de calor con una plataforma central de mármol calentado para sudar bajo una bóveda bellísima, mientras esperas tu turno para recibir el baño de unas manos expertas. Una experiencia única, bonita, un viaje sensorial que te retornara a tu tierna infancia, cuando tu madre te bañaba y te lavaba el pelo convertida en una nube de jabón oloroso. Opcionalmente tienes el masaje parcial o completo con esencias y aceites que nunca antes habías olido o sentido en tu piel, y ya que has llegado hasta allí, porque no acabar el auto homenaje por completo. De verdad que es una experiencia renovadora, que te hace revivir muchos pasajes de novelas que hayas podido leer de sultanas que tomaban el baño con un montón de sirvientas a su alrededor, que no te de vergüenza pasearte completamente desnuda, es el mayor homenaje que puedes hacer a tu cuerpo, no avergonzarte de el y vivir la voluptuosidad femenina plenamente. En serio os digo que las guiris que llegan en bañador o bikini llaman mucho mas la atención que cualquier mujer completamente desnuda segura de si misma, amando su cuerpo y dejándose mimar. Así que nuestra princesa ya esta descansada, limpia, exfoliada y masajeada, así que, que mejor que ir a cenar algo ligero, una shawarma de ese delicioso cordero tierno, hasta que llegue el momento de ir a cruzar un cementerio. Cuando la noche negra cubre el cielo de Istanbul y nuestra princesa mas gamberra ha despertado, cruzar un cementerio es lo que debe hacer, si quiere llegar a una singular teteria de lo mas rocambolesca donde Hakan y sus amigos han preparado una velada divertidísima conversando, tomando te entre nubes de narguile, mientras nuestras risas levantan miradas de celos en otras mesas, y casi levantan hasta a los del campo santo. Y si a la princesita más incombustible le quedan energías para rato, puede acercarse a alguna discoteca en el barrio ruso, si no le asustan los armarios ebrios de vodka, las mujeres empresarias de la noche y el placer, y no teme ahogarse en la melancolía rusa.

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