FUERTEVENTURA PARTE III
30 ABRIL 2007
Sabíamos que el producto comestible mas típico y más asequible de la Isla es su queso, así que preguntamos por una quesería en el hotel, y en recepción nos indican la que más premios ha obtenido, pero vaya forma de indicarnos. La chica nos hace un esquema que tenemos que seguir como si fuera un mapa antiguo indicándonos que tenemos que pasar 2 rotondas, muy prolíficas por otro lado en esta isla, y luego parar en un bar llamado “El Trayecto” y allí nos acabaran de indicar el lugar, así que ya estamos de nuevo en camino en busca de un nuevo tesoro con un simple mapa, unas pobres indicaciones, y como premio final el queso mas prestigioso de las Islas Canarias. La quesería es “La Maxorata” que esta unida en cooperativa con otras marcas de las Islas Canarias, la dependienta tiene tan poca gracia y es tan desaborida como un queso tierno de dietética, sabe tanto de quesos como yo de bujías, porque al preguntar que diferencia existe entre el tierno y el semicurado, nos dice textualmente:
- Bueno, el tierno no tiene sabor y el semicurado, empieza a tenerlo.
¿?¿?¿?¿?¿ pero señora, que me esta diciendo ¿?¿?¿?¿?¿ ¡¡¡ eso es lo único que me va a decir de este queso !!!, en fin, suerte que el producto se vende solo porque con la mantequilla de mujer que tienen ustedes vendiendo, vaya tela.
Hoy seguimos nuestra excursión de nuevo hacia Puerto del Rosario, solo para entrar en el centro comercial “Las Rotondas” y la verdad es que no tiene nada que envidiar a los nuestros, y como que es la primera vez des del verano pasado que llevamos sandalias pues se nos antoja entrar en todas las zapaterías y probarnos todos los zapatos posibles, y así pasamos un buen rato, y es que quien necesita mas para divertirse, somos así de simples.
Cuando nos cansamos de hacer el tonto, salimos de nuevo al sol y al viento, es una semana con un viento extremadamente fuerte. Volvemos hacia el sur, concretamente hacia Costa Esmeralda, lo mas parecido al paraíso que yo siempre he soñado, las playas son de arena dorada y el agua de un azul verde turquesa que me pasaría horas mirándola. Y como que no hay paraíso terrenal que valga, aparecen pequeñas, juguetonas, desafiantes por la playa y contra viento y marea, las ardillas. Y es que hace unos años una pareja de ardillas procrearon y ahora son una plaga, arrasan la poca vegetación existente, y al no tener depredadores naturales son un verdadero problema, esto lo podríamos extrapolar a los alemanes que son otra plaga de la isla, ¡¡¡ eeeggg !!! Seguimos bajando al sur de nuevo en el paseo de Punta Jandia para hacer las ultimas compras, y antes de regresar al hotel nos desviamos hacia la Playa de Barlovento, el paraíso de los amantes del sur, donde durante años se ha celebrado el campeonato del mundo de windsurf y el campeonato del mundo de Kiteboarding. El viento sopla tan fuerte en esta costa que estos deportistas consiguen saltos de hasta 15 metros de altura por encima de las bravas olas, incluso a la piloto de nuestro coche con el viento se le escapa la puerta y le pega un viaje a la puerta del coche contiguo y seguidamente lo único que hace es ponerse blanca y borrar las pistas cambiando el coche de sitio en el aparcamiento, mientras yo me peleo con el viento y la arena y no entiendo nada de lo que estoy viendo. En ese lugar solo paramos unos minutos es imposible estar allí sino es por amor al surf o alguna de sus variantes, o resguardado en una iglú.
Es nuestra ultima tarde así que aprovechamos para estar en la piscina del hotel, y mientras comemos pipas nos reímos un poco molestas de un chico italiano que se le caen los ojos y la baba al vernos, pero niño…disimula, y no solo eso, sino que el padre se suma, si de tal palo tal astilla, hasta que la madre avergonzada se los lleva a los dos, ahí ya nos destornillamos de la risa y empezamos a divagar con nuestro italiano poco creíble a un nivel de cachondeo sin comparación. Antes de irnos a dormir hacemos unos billares, esta noche con espectadores de lujo como son Giorgio, Hansel y Gretel.
Sabíamos que el producto comestible mas típico y más asequible de la Isla es su queso, así que preguntamos por una quesería en el hotel, y en recepción nos indican la que más premios ha obtenido, pero vaya forma de indicarnos. La chica nos hace un esquema que tenemos que seguir como si fuera un mapa antiguo indicándonos que tenemos que pasar 2 rotondas, muy prolíficas por otro lado en esta isla, y luego parar en un bar llamado “El Trayecto” y allí nos acabaran de indicar el lugar, así que ya estamos de nuevo en camino en busca de un nuevo tesoro con un simple mapa, unas pobres indicaciones, y como premio final el queso mas prestigioso de las Islas Canarias. La quesería es “La Maxorata” que esta unida en cooperativa con otras marcas de las Islas Canarias, la dependienta tiene tan poca gracia y es tan desaborida como un queso tierno de dietética, sabe tanto de quesos como yo de bujías, porque al preguntar que diferencia existe entre el tierno y el semicurado, nos dice textualmente:
- Bueno, el tierno no tiene sabor y el semicurado, empieza a tenerlo.
¿?¿?¿?¿?¿ pero señora, que me esta diciendo ¿?¿?¿?¿?¿ ¡¡¡ eso es lo único que me va a decir de este queso !!!, en fin, suerte que el producto se vende solo porque con la mantequilla de mujer que tienen ustedes vendiendo, vaya tela.
Hoy seguimos nuestra excursión de nuevo hacia Puerto del Rosario, solo para entrar en el centro comercial “Las Rotondas” y la verdad es que no tiene nada que envidiar a los nuestros, y como que es la primera vez des del verano pasado que llevamos sandalias pues se nos antoja entrar en todas las zapaterías y probarnos todos los zapatos posibles, y así pasamos un buen rato, y es que quien necesita mas para divertirse, somos así de simples.
Cuando nos cansamos de hacer el tonto, salimos de nuevo al sol y al viento, es una semana con un viento extremadamente fuerte. Volvemos hacia el sur, concretamente hacia Costa Esmeralda, lo mas parecido al paraíso que yo siempre he soñado, las playas son de arena dorada y el agua de un azul verde turquesa que me pasaría horas mirándola. Y como que no hay paraíso terrenal que valga, aparecen pequeñas, juguetonas, desafiantes por la playa y contra viento y marea, las ardillas. Y es que hace unos años una pareja de ardillas procrearon y ahora son una plaga, arrasan la poca vegetación existente, y al no tener depredadores naturales son un verdadero problema, esto lo podríamos extrapolar a los alemanes que son otra plaga de la isla, ¡¡¡ eeeggg !!! Seguimos bajando al sur de nuevo en el paseo de Punta Jandia para hacer las ultimas compras, y antes de regresar al hotel nos desviamos hacia la Playa de Barlovento, el paraíso de los amantes del sur, donde durante años se ha celebrado el campeonato del mundo de windsurf y el campeonato del mundo de Kiteboarding. El viento sopla tan fuerte en esta costa que estos deportistas consiguen saltos de hasta 15 metros de altura por encima de las bravas olas, incluso a la piloto de nuestro coche con el viento se le escapa la puerta y le pega un viaje a la puerta del coche contiguo y seguidamente lo único que hace es ponerse blanca y borrar las pistas cambiando el coche de sitio en el aparcamiento, mientras yo me peleo con el viento y la arena y no entiendo nada de lo que estoy viendo. En ese lugar solo paramos unos minutos es imposible estar allí sino es por amor al surf o alguna de sus variantes, o resguardado en una iglú.
Es nuestra ultima tarde así que aprovechamos para estar en la piscina del hotel, y mientras comemos pipas nos reímos un poco molestas de un chico italiano que se le caen los ojos y la baba al vernos, pero niño…disimula, y no solo eso, sino que el padre se suma, si de tal palo tal astilla, hasta que la madre avergonzada se los lleva a los dos, ahí ya nos destornillamos de la risa y empezamos a divagar con nuestro italiano poco creíble a un nivel de cachondeo sin comparación. Antes de irnos a dormir hacemos unos billares, esta noche con espectadores de lujo como son Giorgio, Hansel y Gretel.
Comentarios