BABY, ENCIENDE EL FUEGO

Debo decir que a medida que me voy haciendo mayor menos me gustan los petardos, y es que San Juan depende de la edad (mental) de cada uno, lo vives de una manera o otra. Recuerdo como de pequeña deseaba que se hiciera oscuro para encender las bengalas y tirar las cebollitas chiquititas, y como nos quedábamos con la boca abierta cuando mi tío (bombero de profesión) lanzaba los truenos de luz y sonido, uf como me retumbaba el cuerpo pero que bonito era. Más mayor le daba a la traca, a las fuentes de color, a los carpinteros y los barrenos, siempre ante la atenta supervisión de los mayores. Y hoy por hoy me dan miedo las noticias de quemados, amputados o ojos saltados por el mal uso de los petardos, y es que podemos disfrutar de una fiesta tan popular como esta, pero de forma respetuosa hacia la integridad física de todos. Las tiendas y paradas de petardos vuelven a hervir de actividad, un año más, por la proximidad de la verbena de san Juan y 15 días antes y 15 días después seguimos oyendo los truenos, pero es una vez al año y ya sabéis una vez al año, no hace daño. Solo espero que los comerciantes lo tengan claro, y siguiendo las normas del gobierno, antes de hacer la venta, soliciten el DNI al cliente, del cual deben apuntar el nombre y comprobar la edad.

Las hogueras son otro cantar, recuerdo de pequeña como íbamos en busca de maderas y trastos por las casas del barrio, y como los mayores lo apilaban y como después de un par de semanas de duro trabajo esa misma tarde llovía torrencialmente, y vuelve a desmontar la hoguera y ponlo todo al sol, con el corazón en un puño nos quedábamos los mas pequeños, porque creíamos que aquello no iba a arder. Cuando nuestras fronteras de abrieron mas allá de nuestros barrios y nos movíamos con las movilettes pues íbamos a espiar a los barrios vecinos y hacíamos una competición por tener la hoguera mas grande, hasta que un año los bomberos obligaron a que las hiciéramos mas pequeñas y aquel afán pirómano se nos paso con los años. Por otro lado, hay todo un ritual sobre saltar la hoguera pidiendo un deseo, o incluso pisar las ascuas, yo por el momento solo me he atrevido a tirar a las llamas mágicas un pequeño hechizo que hice años atrás, y que por cierto…funciono.

Comentarios

Marisabidilla ha dicho que…
Es que de pequeños somos todos muy petarderos... que tiempos aquellos de gastarse veinte duros en petardos, ains.

Y eso de las competiciones de hoguera más grande? jajja qué fuerte me parece
Anna ha dicho que…
Si, era un puntazo, este año se nota la crisis y la gente no esta para quemar el dinero, la gente se ha ido a la playa que es mas barato.

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