HISTORIAS DEL TREN: EL KARMA

Por las mañanas quien es observador puede ver situaciones muy raras. Todos sabemos que cada uno despierta de mejor o peor humor, dependiendo de muchos factores personales, ambientales y vete tu a saber cuales más. Pero lo que se ve en los transportes públicos es para llenar blogs y más blogs. El otro día al mas puro estilo Parque del Serengeti presencie como un chico y una chica, que subieron juntos al tren, se peleaban por un asiento. Eran dos asientos contiguos, uno ocupado por una chica que mientras guardaba el asiento libre, llamaba a su amiga a la par. El tema es que la amiga se había subido en la misma estación, pero por una puerta posterior. Es decir, no les estaba diciendo a la pareja que su amiga subiría mas adelante, ni nada parecido. En fin, todo este embrollo desencadeno que el chico de casi 30 años empezara a hacer pucheros mientras repetía rabioso:
“- ¡así no es, así no! - No se puede reservar asiento”, mientras su acompañante acompañaba las palabras del amigo con una mirada de desprecio y odio absolutos. Y ya habían pasado dos paradas y aun seguían despotricando, comentando la jugada, pero ellos de pie. Claro que aun no sabían que minutos más tarde al de la pataleta y comportamiento absurdo, una señora rolliza, sin querer, le acabaría pisando el pie y ya tendría el día hecho, y aun no eran ni las nueve de la mañana.

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