ME AGAINST THE NOISE

Son tan sencillos, blanditos y amarillos. Son tan baratitos y a la vez no tienen precio. Son mi salvación, alabados sean, gloria eterna a los tapones antirruidos de espuma. Y es que desde que usaba el chándal azul marino de espuma con rayas blancas para las clases de gimnasia en el cole, creí que nunca volvería a tener ese material tan cerca de mí. Pero una vez descubiertos estos pequeñitos, nuestra unión es tan intima que me los espachurro en el oído hasta el tuétano, en una simbiosis tan perfecta, que no me entero de nada, ni aunque estén derribando el edificio con una retroexcavadora.

¡Hermanos un AMEN por ellos, un DIOS SALVE A LOS TAPONES ¡

¡ OREMOS ¡

Comentarios

Marisabidilla ha dicho que…
Jo, a mí no me funcionan. Los ronquidos de Marido son brutales y lo único que consigo con los tapones es que vibren en mis oídos con cada ronquido. Me muero de envidia y me alegro por tí, nena.
Anna ha dicho que…
Te acompaño en el sentimiento, porque mira que es jodido no poder dormir. Gracias por tu alegria. Besos, Anna

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