JORDANIA - DIA 4º
PETRA, según la leyenda nabatea, la construyeron los dioses para seducir a los hombres, y el milagro se cumple cada día cuando al final del angosto desfiladero del Siq se recorta la silueta del templo del Tesoro, es la visita más maravillosa de todo el circuito, no os la podéis perder, es un tesoro en piedra, increíble.
Petra se convirtió en un centro caravanero de vital importancia al figurar entre muchas etapas de la ruta de la Seda y la Ruta de las Especias. La afluencia de miles de mercaderes y comerciantes supuso el establecimiento de un activo centro cultural donde germinaron nuevas ideas y religiones. Petra se emplaza en los antiguos dominios de los edomitas, pueblo mencionado en el Antiguo Testamento.
Yo iba con la idea de la postalita típica del templo asomando por el desfiladero, pero no, es toda una inmensa ciudad excavada en roca, mas bien una ciudad de los muertos, con miles de tumbas excavadas en roca. Pero vamos por partes:
ENTRADA: El recorrido hasta el desfiladero es ancho, encontramos tumbas rupestres, torres funerarias de forma cúbica talladas de un solo bloque de piedra, son los llamados Djin, genios en árabe. Todo esto es ya maravilloso de por si, pero solo es el preludio de lo que nos vamos a encontrar.
DESFILADERO DEL SIQ: Esta increíble formación natural con poco mas de un kilómetro de longitud, con paredes de hasta 90 metros de altura que en las zonas mas estrechas mide 3 m. impiden materialmente que penetre la luz del sol, y el color rojizo de la piedra se adueña del espacio. Llama la atención las raíces fosilizadas de las higueras, las hornacinas excavadas, y el largo canal para el agua. Mientras vas andando entre el silencio, puedes ir imaginando el miedo que se imponía al viajero que se adentraba por el desfiladero.
TEMPLO DEL TESORO: Se me estiro el cuello un par de centímetros buscando el templo en cada rendija del desfiladero, hasta que finalmente una luz intensa te muestra el Templo, llamado también Al-Khazneh, Khazne o Jazne. Una vieja leyenda asegura que la urna que corona el templo guarda un fabuloso tesoro escondido allí desde los días que Petra formaba parte de la ruta de la Seda.. La fachada presenta dos pisos de 20 m. de altura, y una nueva excavación ha desenterrado mas fachada des del nivel del suelo para abajo, si os fijáis bien hay una reja desde donde se adivina. El pórtico descansa sobre 6 columnas corintias, excepto las 2 columnas centrales, el resto del edificio esta excavado en la roca. Sus dimensiones 45 m. de largo x 25 de ancho enmudecen a quien lo contempla. Los grabados, en la fachada datan del siglo XVIII. El Símbolo de Isis, en el centro del frontón lo ocupa una figura mutilada que no se identifica bien. Le siguen tres ornamentos de acroteras y dos animales: un león y una pantera sobre las columnas laterales. La acrotera central, es decir, el remate colocado sobre cada ángulo del frontón, representa el símbolo de Isis, un disco sobre dos cuernos de vaca, unido por una base y flanqueado por dos espigas. A derecha e izquierda entre las columnas laterales, la pared rocosa muestra el relieve de un hombre que lleva un caballo de las bridas. Sobre la grupa del animal una serpiente intenta morder al hombre en el corazón. La parte superior, sobre el ático, que es un podio, se encuadra un tolos entre dos esculturas dístilas. Cada estructura esta coronada por un frontón. La rotonda aparece rematada pr un capitel corintio sobremontado por una urna. Cada una de las estructuras laterales termina en un obelisco truncado hasta la altura de un enorme plafón en forma de nicho que limita esta decoración barroca. En la fachada anterior del tolos aparece un bajorrelieve que representa a Isis con el cuerno de la abundancia, aunque la estatua esta muy deteriorada. Los dos nichos de las entre columnas laterales muestran una victoria alada.
Os animo a contemplar la fachada en diferentes horas del día, porque la luz hace cambiar el color del edificio, que pasa del rojo al rosado, y que no dejara mal a ningún fotógrafo, por muy torpe que uno sea.
El interior del templo, destaca por la ausencia de ornamentación. En el umbral hay un pequeño receptáculo para recoger la sangre de los sacrificios y distribuirla a través de un canalillo por la entrada. De techos elevados, el interior presenta tres puertas: una frontal y dos laterales que conducen a estancias muy reducidas pero igualmente carentes de ornamentación.
TEATRO
El viajero maravillado, sin poder olvidar lo que ha visto continuara su camino polvoriento hacia el teatro con las gradas muy bien conservadas, y multitud de tumbas excavadas en la roca. Se puede descansar en algún jaima, o comprar en los diferentes puestos que hay, incluso te ofrecerán montar en camello o burro, porque el camino que sigue es largo, largo.
LA CIUDAD ROMANA
Y donde había civilización, pues allí llegaban los romanos y nos dejaron su organización dentro de la ciudad, con el cardo maximo aun bien pavimentado con grandes losas bordeadas de columnas que daba acceso a la antigua Petra romana. En esta zona también destacan un mosaico bizantino, el Templo de los leones alados, y el Castillo de la Princesa.
Después se llega a una “área de descanso” con restaurantes, y avituallamiento en general, porque para los mas intrépidos les esperan centenares de escalones en una escalera de piedra interminable que te llevara hasta el Monasterio.
EL MONASTERIO
Es una edificación muy similar a la del Templo, pero sin estar en su totalidad esculpida en la roca. Hay una gran explanada, un fantástico mirador de casi 180º, y mas bares para avituallamiento, y una jaima-tienda donde venden sobretodo plata, regentado por una aragonesa que subiendo las escaleras y medio deshidratada fue rescatada por un fornido autóctono, y allí se quedo.
El descenso se realiza por el mismo camino pero ya con otro animo, y con un apetito de león, pero así es como se pasa un día en Petra.
Petra se convirtió en un centro caravanero de vital importancia al figurar entre muchas etapas de la ruta de la Seda y la Ruta de las Especias. La afluencia de miles de mercaderes y comerciantes supuso el establecimiento de un activo centro cultural donde germinaron nuevas ideas y religiones. Petra se emplaza en los antiguos dominios de los edomitas, pueblo mencionado en el Antiguo Testamento.
Yo iba con la idea de la postalita típica del templo asomando por el desfiladero, pero no, es toda una inmensa ciudad excavada en roca, mas bien una ciudad de los muertos, con miles de tumbas excavadas en roca. Pero vamos por partes:
ENTRADA: El recorrido hasta el desfiladero es ancho, encontramos tumbas rupestres, torres funerarias de forma cúbica talladas de un solo bloque de piedra, son los llamados Djin, genios en árabe. Todo esto es ya maravilloso de por si, pero solo es el preludio de lo que nos vamos a encontrar.
DESFILADERO DEL SIQ: Esta increíble formación natural con poco mas de un kilómetro de longitud, con paredes de hasta 90 metros de altura que en las zonas mas estrechas mide 3 m. impiden materialmente que penetre la luz del sol, y el color rojizo de la piedra se adueña del espacio. Llama la atención las raíces fosilizadas de las higueras, las hornacinas excavadas, y el largo canal para el agua. Mientras vas andando entre el silencio, puedes ir imaginando el miedo que se imponía al viajero que se adentraba por el desfiladero.
TEMPLO DEL TESORO: Se me estiro el cuello un par de centímetros buscando el templo en cada rendija del desfiladero, hasta que finalmente una luz intensa te muestra el Templo, llamado también Al-Khazneh, Khazne o Jazne. Una vieja leyenda asegura que la urna que corona el templo guarda un fabuloso tesoro escondido allí desde los días que Petra formaba parte de la ruta de la Seda.. La fachada presenta dos pisos de 20 m. de altura, y una nueva excavación ha desenterrado mas fachada des del nivel del suelo para abajo, si os fijáis bien hay una reja desde donde se adivina. El pórtico descansa sobre 6 columnas corintias, excepto las 2 columnas centrales, el resto del edificio esta excavado en la roca. Sus dimensiones 45 m. de largo x 25 de ancho enmudecen a quien lo contempla. Los grabados, en la fachada datan del siglo XVIII. El Símbolo de Isis, en el centro del frontón lo ocupa una figura mutilada que no se identifica bien. Le siguen tres ornamentos de acroteras y dos animales: un león y una pantera sobre las columnas laterales. La acrotera central, es decir, el remate colocado sobre cada ángulo del frontón, representa el símbolo de Isis, un disco sobre dos cuernos de vaca, unido por una base y flanqueado por dos espigas. A derecha e izquierda entre las columnas laterales, la pared rocosa muestra el relieve de un hombre que lleva un caballo de las bridas. Sobre la grupa del animal una serpiente intenta morder al hombre en el corazón. La parte superior, sobre el ático, que es un podio, se encuadra un tolos entre dos esculturas dístilas. Cada estructura esta coronada por un frontón. La rotonda aparece rematada pr un capitel corintio sobremontado por una urna. Cada una de las estructuras laterales termina en un obelisco truncado hasta la altura de un enorme plafón en forma de nicho que limita esta decoración barroca. En la fachada anterior del tolos aparece un bajorrelieve que representa a Isis con el cuerno de la abundancia, aunque la estatua esta muy deteriorada. Los dos nichos de las entre columnas laterales muestran una victoria alada.
Os animo a contemplar la fachada en diferentes horas del día, porque la luz hace cambiar el color del edificio, que pasa del rojo al rosado, y que no dejara mal a ningún fotógrafo, por muy torpe que uno sea.
El interior del templo, destaca por la ausencia de ornamentación. En el umbral hay un pequeño receptáculo para recoger la sangre de los sacrificios y distribuirla a través de un canalillo por la entrada. De techos elevados, el interior presenta tres puertas: una frontal y dos laterales que conducen a estancias muy reducidas pero igualmente carentes de ornamentación.
TEATRO
El viajero maravillado, sin poder olvidar lo que ha visto continuara su camino polvoriento hacia el teatro con las gradas muy bien conservadas, y multitud de tumbas excavadas en la roca. Se puede descansar en algún jaima, o comprar en los diferentes puestos que hay, incluso te ofrecerán montar en camello o burro, porque el camino que sigue es largo, largo.
LA CIUDAD ROMANA
Y donde había civilización, pues allí llegaban los romanos y nos dejaron su organización dentro de la ciudad, con el cardo maximo aun bien pavimentado con grandes losas bordeadas de columnas que daba acceso a la antigua Petra romana. En esta zona también destacan un mosaico bizantino, el Templo de los leones alados, y el Castillo de la Princesa.
Después se llega a una “área de descanso” con restaurantes, y avituallamiento en general, porque para los mas intrépidos les esperan centenares de escalones en una escalera de piedra interminable que te llevara hasta el Monasterio.
EL MONASTERIO
Es una edificación muy similar a la del Templo, pero sin estar en su totalidad esculpida en la roca. Hay una gran explanada, un fantástico mirador de casi 180º, y mas bares para avituallamiento, y una jaima-tienda donde venden sobretodo plata, regentado por una aragonesa que subiendo las escaleras y medio deshidratada fue rescatada por un fornido autóctono, y allí se quedo.
El descenso se realiza por el mismo camino pero ya con otro animo, y con un apetito de león, pero así es como se pasa un día en Petra.
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Un Saludo
Pau