UNA ESCAPADITA
Como ya he explicado antes los complejos hoteleros de la zona ofrecen al turista todo lo que pueda necesitar, desear, consumir y comprar sin salir de ese edén prefabricado. Pero al viajero de verdad los ojos se le van detrás de la barrera de seguridad del hotel, y por más que te insisten en que no salgas de sus terrenos, tú siempre quieres ir más allá, decir que has estado afuera. Así que ni cortas ni perezosas hicimos llamar un taxi, precio pactado de antemano con el recepcionista, y nos fuimos a la playa de Los Corales en la zona del Cortadito. Los taxis allá son amplios hasta para 14 personas aproximadamente, nuevecitos y eficaces, y la verdad después de haber estado en la India y en varios países árabes, allá conducen casi diría que de forma normal. Lo malo allá son las infraestructuras, que son casi inexistentes, carreteras mal asfaltadas o sin asfalto directamente, llenas de baches, faltas de iluminación y un largo etc. que gobierne quien gobierne en la republica bananera no se preocupa nunca de solucionar. Llegamos al lugar y un segurata con metralleta nos acompaño hasta la playa, allá nunca sabes si las armas son de verdad o mentira o si llevan munición, pero mejor no preguntar. Y después de su amable cháchara nos dejo en un paraíso nuevo, después de varios días de interminable bachata y ritmos caribeños varios, acabamos tomando la mejor cerveza del país (para gustos los colores)…una PRESIDENTE en un CHILL OUT repleto de gente mona. De golpe estábamos en la Ibiza caribeña, fue impresionante el impacto, tomamos unos tragos y de vuelta al hotel, con todos nuestros órganos dentro de nuestros cuerpos, sin que nos hubieran intentado secuestrar o malmeter en nuestro físico o/y honor. En fin, que os aconsejo salir sin miedo pero con prudencia, aunque eso si, nada de ir andando a los sitios porque son distancias muy largas, y la selva lo engulle todo, así que mejor pagar unos dólares de mas y que te lleven.
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